Iglesia Parroquial Ntra. Sra. de los Ángeles

Este es el título con el que se denomina a la iglesia parroquial de Bienvenida en la documentación del siglo XVI. Así consta en una orden del vicario de Tudía al vicario Juan Riero, en Bienvenida , extendida dicha orden , en una carta de obligación recíproca, fechada el 16 de agosto de 1545.
En los archivos provinciales y nacionales hay gran cantidad de documentación sobre dicho templo, por lo cual podemos seguir, paso a paso las fases de construcción. Se  comenzó su construcción a finales del siglo XV y puede darse por terminada en el primer tercio del siglo XVII.
Originariamente estuvo cubierta por bóvedas góticas de crucería, pero el terremoto de Lisboa, de 1755, hizo que dichas bóvedas se desplomasen, edificándose , años más tarde, la actual bóveda de cañón.

Descripción:

En la parte exterior de la fábrica  de la iglesia se puede  ver sus gruesos muros de mampostería, con fajas de ladrillos. Es de nave única, siendo la nave central algo más ancha y alta que la capilla de ábside.

De la fachada norte sobresale la capilla de la Encarnación, edificada en 1635. En la fachada sur se encuentra, de este a oeste, la sacristía, la capilla del sagrario o de Juan Riero, la torre. Entre la capilla del sagrario y la torre, una verja de hierro separa el atrio del resto de la plaza.

El templo tiene tres puertas:

Puerta principal, que da al sur, está formada por un arco casi de medio punto. Tanto dicho arco como las jambas y el entablamento superior fueron construidos por piedras blancas, semejantes al mármol. En dicho entablamento se representan relieves de caballeros y santo. En la hornacina superior está una imagen de la virgen, coronada por los ángeles.
Sobre esta puerta principal se encuentra dos grandes vanos ciegos. Posiblemente fuesen  las ventanas que iluminaban el interior cuando las bóvedas eran góticas y que fueron tapadas al edificar las actuales de cañón.

La puerta occidental, o del perdón, está toda ella construida con ladrillos, tanto arco, escarzano, como las correspondientes jambas. esta  puerta, aunque visible por fuera, está tapiada por dentro , por lo cual no es utilizable.
Sobre la puerta casi en la cima y dentro del frontón que forman las inclinaciones del tejado, se encuentra un óculo abocinado y dentro de un recuadro. Todo el conjunto está construido con ladrillos. Por este  óculo penetran los rayos de sol hasta el altar mayor, al final de la tarde.

La tercera puerta que da al norte, también  está hecha de ladrillos y es semejante al anterior, aunque mucho menos  decorada.

La torre es de planta cuadrangular en su base. Está compuesta por cuatro cuerpos. Es de estilo Mudéjar  y  como tal edificada toda ella con ladrillos, reservando la piedra para el basamento y para algunas esquinas.
El primer cuerpo, que llega a una altura de unos 15 metros, envuelve a la construcción original y fue colocado para reparar los posibles daños del terremoto de Lisboa le había causado. La torre perdió en esbeltez, pero ganó en seguridad. Todo él está construido en mampostería y fajones de ladrillos, según la construcción dominante en el resto del templo. En su frente aprecian dos ventanas superpuestas. La inferior ilumina la capilla bautismal y la superior  da al llamado  “cuarto de la leña” tres arcos ciegos lo rematan.
La transición del segundo cuerpo, de menor anchura, se realiza por medio de una rampa, flanqueada por unos pináculos piramidales. El segundo cuerpo, original y de sección cuadrada, muestra dos ventanas en cada lado, rematadas por arcos de medio punto. En dos de ellas, que forman el ángulo sureste, están alojadas las campanas.  No hace mucho tiempo se tapo otro ventanal frontal para poner la esfera del reloj.

El tercer cuerpo es de sección ochavada. Es el más rico en decoración y en su cima se puede apreciar la presencia de azulejos. Está rematado por una corona de objetos semejantes a cántaros. Por último, emerge una torrecilla cuadrangular con vanos en sus cuatro frentes y rematada por una  pirámide de pizarra, de la que sobresale una airosa veleta en cuya vela está colocada la silueta de un gallo.
En el interior, el cuerpo de la  iglesia está cubierto por la amplia   bóveda de cañón, elevada en el siglo XVIII. Sus tramos están separados por arcos fajones, que descansan en las pilastras exteriores. La capilla mayor, o ábside está cubierta de bóvedas de crucería de diez claves, según un modelo usado en toda la baja Extremadura.
El coro está sostenido por un elegante arco escarzano, todo él labrado en granito.  Las otras dos capillas están , también, cubiertas por bóvedas góticas.

En la capilla mayor se encuentra un magnifico retablo de principio del siglo XVI.

Hay, también , otros retablos en las diferentes capillas y altares. En el lado del evangelio  se alza sobre tribuna la caja del órgano. Poco o nada debió quedar de él tras los sucesos del hundimiento de la bóveda del templo. Poco después en 1715 don Antonio Rivilla y Cerda crearon un órgano de valor de nueve mil quinientos reales, su estilo es rococó. Se llevaron en él una serie de remodelaciones, la última en 1909 donde se le colocaron un juego de trompeta de 8 pies y 49 notas, un juego de bajoncilo y clarín de 4 pies y 49 notas, más un juego de dulzaina de medio pie y 24 notas, con ello, el órgano constaba de 500 tubos con los siguientes registros:

Mano izquierda Mano derecha
Flautado pral. De 8 pies 25 notas Flautado 2 pies 24 notas
Flautado violón 8 pies 25 notas Flautado viol. 2pies 24 notas
Octava 4 pies 25 notas Flauta armonía 1 pies 24 notas
Quincena 2 pies 25 notas Octava 1 pies 24 notas
Diez y novena 11/2 pies 25 notas Docena 1/4pies 24 notas
Trompeta Real 8 pies 25 notas Quincena 1/2pies 24 notas
Bajoncillo 4 pies 25 notas Lleno a 3 1 pies 72 notas
Orlos 1 pies 25 notas Trompeta Real 2 pies 24 notas
Un juego pedales 8 pies 12 notas Clarín claro 2 pies 24 notas
Dulzaina 1/2pies 24 notas
Número de tubos 212 Número de tubos 288

 

El lado de la epístola, lo más notable que encontramos es la reja de la capilla del Vicario de Tudía, Juan Riero. En el interior de la capilla de Riero, podemos ver un altar de obra y un retablo material en honor de la Inmaculada Concepción, el cual, consta de tres calles en cada uno de sus dos cuerpos, se separan éstas por columnas corintias, rematándose en lo alto, con un frontón triangular en el centro y dos curvos en los extremos, más pirámides sobre pedestales.

Pero la mejor pieza suntuaria que, conserva la iglesia es la cruz parroquial de plata en su color, la cruz de Bienvenida presenta sus brazos rectos, emergiendo en su planos rectángulos relevados con labores incisas limitados por expansiones oblongas. Penillones de diverso tamaño si disponen en sus extremos, en los ejes de las expansiones y en los ángulos de cuadrón. La medalla central es circular, el nudo de la cruz es cuadrangular Columnas jónicas de disponen oblicuamente en las esquinas, motivando resaltos en esviaje de la cornisa, sobre la que se apoyan frontones triangulares con querube en el tímpano y remates piramidales.

Santuario de Nuestra Sra. de los Milagros

En el año 1498, los visitadores santiaguistas nos ofrecen la noticia de la reedificación de la Iglesia que se dice que es vocación de Santa María de los, Milagros.

El santuario consta de los siguientes elementos arquitectónicos Venerable muros con bellos volúmenes octogonales que emergen sobre h capilla mayor del camarín, protegiendo las cúpulas, un campanil en el cual se resaltan delicados dibujos y molduras barrocas; la bóveda de cañón sobre lunetos que cubre la espaciosa longitud de la nave del templo. La visión global del templo está dominada por los blancos acentos de la cal exterior.

En el interior consta de los siguientes elementos arquitectónicos: un arco toral; la capilla mayor primitiva; una capilla de bóveda con su rexa de palo; el cuerpo de la iglesia es de una nave con cuatro arcos de ladrillo y la techumbre de ella es de madera de pino, labrada de cinta y saetino; tiene una capilla mayor de bóveda sobre cruceros de ladrillo y e casco de lo mismo; tiene un altar en la dicha capilla y sobre él un retablo labrado a lo romano.
En la entrada de la misma nos encontramos con la fachada del mediodía, la cual, se disponía en el tramo anterior al de la actual portada. La pared de la ermita se resalta exteriormente en ese tramo, por el tabique de cerramiento de la antigua portada y en el siglo XVIII, se levantaron los muros de la ermita, adecuándolos a la bóveda de cañón y sus lunetos; en el siglo XIX se levantaron el pórtico y su galería superior, respetando la comisa de ladrillos en saledizo que recibe la anterior cubierta en ese punto, así como las labores mudéjares de una sucesión de arquillos que se cruzan entre frisos ornados por secuencia de rombos.

 

Se sucede con el cerramiento amurallado del patio y su puerta de entrada, enfatizada por un esbelto arco triunfal, o con el hermoso pórtico de tres arcos delante de la fachada del mediodía.